Nació
en Comayagua el 17 de mayo (1935), falleció en la misma ciudad el 2 julio
(1991). En 1971 obtuvo el premio de Poesía Jorge Federico Travieso auspiciado
por la Escuela superior del Profesorado, con su trabajo en verso "Los
ángeles murieron" y previamente con el soneto "Velásquez
Evangelizador del iris". Para Roberto Sosa, "poesía de raigambre
humana... de 1935-1991. Realizó estudios en la Escuela Normal Pedro Nufio,
donde obtuvo el título de Maestro de Educación Primaria. Además del de
Bachiller en el Instituto León Alvarado de Comayagua. Obtuvo en Elche, España, el premio "Café
Marfil" en 1973, con la obra "Los Interiores". También el premio
"Jorge Federico Travieso" con la obra "Loa Ángeles
Murieron" Obras Publicadas: "Jonás" Editorial EDUCA, 1980.
"Los Interiores" editada por Café Marfil. Sin publicar: "Levítico"
" Montaña a Media Noche" y otras.
En los últimos
años, en lo más intenso de su obra poética publicada; Cardona Bulnes, fue
recogiendo su poesía a un estado de “suspensión” mística, a una abolición del
“yo” de todos los días para alejarse –como una asceta- a un espacio espiritual
que estaba fuera del Logos, de los sistemas, de la lengua. El veía al poeta
como un “apóstol”, un “enviado”, un “relator” de desatadas fuerzas divinas que
estaban más allá de él, de su yo social; fuerzas que lo utilizaban para
revelarse, más que analógica, una poesía anagógica… solo para una especie de
hermandad de lectores creyentes del valor revelador y convocador de la palabra
poética.
Esto lo alejó
radicalmente de su tiempo, de los códigos poéticos oficiales que imperaban en
la literatura hondureña de los setentas y ochentas.
Eran los años
del compromiso social y la memoria. La poesía de Cardona Bulnes era una genial
excepción a la moda poética de aquellos años. Consideraciones literarias
aparte, Cardona Bulnes nunca quiso aislarse: casi todos sus libros y uno que
otro poema suelto fueron enviados a concursos aquí y en el extranjero,
resultando premiados casi siempre. No obstante, en Honduras la circulación de
sus libros fue y es limitadísima. Unos cuantos poseemos fotocopias de algunos;
quizás, uno que otro cuadernillo y, remotamente, poemas sueltos publicados en
revistas y periódicos por los pocos amigos que tuvo en vida.
En “Jonás,
líneas en una botella”,
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