Lucila Gamero Moncada es una de las primeras mujeres escritoras hondureñas
que alcanzan a producir una obra literaria, sólida y vanguardista, para la
sociedad y las mujeres de su tiempo, en el género de novela.
Nació
en Danlí (Honduras) en 1873 y
falleció en 1964. Radicó
durante muchos años en México, país donde
publicó la mayor parte de su obra.
Su abundante
producción literaria ocupa el período tardío del romanticismo de la
novela hispanoamericana; el amor y la familia, son los grandes temas que ocupan
la mayor parte de sus argumentos narrativos. Su novela más divulgada es Blanca Olmedo.
Lucila
Gamero de Medina escribió, entre otras, las siguientes novelas:
Lucila
Gamero nació en la oriental ciudad de Danlí, en el departamento de El Paraíso,
tres años antes de que iniciara la Reforma Liberal del doctor Marco Aurelio Soto. Su padre era el doctor Manuel
Gamero y su madre Camila Moncada. Era una familia que, sin ser rica
precisamente, pertenecía a la clase alta. “Tenían la idea de ser descendientes
de españoles”, dice el escritor hondureño Juan Ramón Martínez.
Es por ello
que Lucila se comporta con la dignidad y prestigio que su familia pretendía
tener. No se sabe de dónde hereda su vena literaria, pero sí que desde joven se
dedica a escribir. Su primera novela fue Amalia Montiel, 1895, que
publica por capítulos en el semanal El Pensamiento, que dirigía en
Tegucigalpa, Froylan Turcios, el primer
medio literario en dar espacio a las mujeres.
Lucila
mantenía correspondencia con Turcios y con una hermana de éste, Rafaela, a
quien parecía unir una gran amistad. Gamero también tiene el honor de publicar
la primera novela del país, Adriana
y Margarita, 1897, de un
total de siete novelas y un libro de cuentos.
No obstante
a su persistencia y capacidad, en la publicación de Froylán Turcios, Gamero
aparece como una simple colaboradora y no se hace mención de sus novelas ni
crítica literaria alguna. Era una actitud mezquina en la que, sin duda, tenía
que ver el hecho de que ella fuera mujer.
Su visión feminista
y avanzada la convirtieron en una mujer incomprendida, y también tuvo que
lidiar con la insatisfacción de su género. Ella quería ir a estudiar a Guatemala junto a su
hermano, pues tenía vocación de doctora, pero tuvo que conformarse con ejercer
empíricamente lo que leía en los libros.
Gamero
montaba a caballo, dirigía una hacienda y era dueña de una farmacia. Fue
tildada de varonil e inmoral. En 1898 se
casó con el señor Gilberto Medina, un hombre rico, pero relativamente inculto,
que había sido Juez en Danlí. Tuvo una hija y un hijo que le dieron nietos. Se
dice que cuando murió, no le dieron el responso en la iglesia, debido a sus
críticas hacia la jerarquía. Extrañamente, su tumba tampoco tiene lápida.
La novela
Blanca Olmedo es una de las más conocidas en Honduras. Y quizá, al igual que
Prisión Verde, se le reconoce no por su mérito literario, sino por lo que tiene
de crítica social. Blanca Olmedo, una novela romántica escrita a principios del
siglo XX, resulta ya anacrónica para su época, porque el período cultural del
romanticismo ya se consideraba superado para ese tiempo. Al contrario de
Prisión Verde, que es una novela que trata de reflejar las vivencias de la
gente humilde en los bananales de la Costa Norte, en Blanca Olmedo los
protagonistas gozan de una exquisita educación que les permite usar siempre un
lenguaje refinado. En las tertulias a las que asisten estos personajes se
ejecutan piezas musicales famosas en Europa. El lugar de la acción aparece como
una ciudad indeterminada en algún país del continente americano. Es hasta la
última página del libro que nos damos cuenta que la acción se desarrolla en la
ciudad de Danlí, Honduras, de dónde también es originaria la autora, Lucila
Gamero de Medina.
Blanca
Olmedo es una historia trágica, es la historia de una joven que lucha por ser
feliz en contra de una adversidad que la acecha a cada paso y que al final no
logra vencer. Blanca Olmedo es una muchacha ejemplar, bella e inteligente,
cualidades que en vez de favorecerle le atraen enemigos que no cejan en su
empeño por destruirla. Las desgracias de Blanca Olmedo comienzan cuando el
personaje El odio Verdolaga se ofrece para llevar los asuntos legales de su
Padre, don Carlos Olmedo. Verdolaga se pone de acuerdo con el demandante para
perjudicar a don Carlos, haciéndole perder sus bienes, y también pretende
aprovecharse de la desgracia económica de la familia para aprovecharse de
Blanca. Don Carlos se da cuenta de la traición de Verdolaga y se lo comunica a
su hija Blanca, que desde ese momento empieza a despreciar a Verdolaga con todo
su ser. Don Carlos muere poco después, agobiado por la desgracia.
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